Azul oscuro casi negro

A punto de cumplir 19 años, me enfrentaba a mi primera vez ante las urnas y lo hacía en un clima de espectación, tensión y, por qué no decirlo, ilusión como no lo ha habido antes en los más de 30 años de democracia española.
El 22M, elecciones municipales y autonómicas, la antesala de las generales que tendrán lugar el año que viene, han dado como resultado un panorama completamente conservador, España se tiñe de azul dando la espalda al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Era de esperar, con una crisis que deja casi cinco millones de parados, los populares obtienen mayorías absolutas, reafirmándose en sus principales bastiones, como Madrid y arrebatándole otros a los socialistas, como Sevilla. No deja de ser sorprendente, sin embargo, que casos de corrupción como Gürtel no hayan afectado, pues el señor Francisco Corleone Camps repite como presidente de la Generalitat Valenciana.
De remarcar es también la notable subida de Izquierda Unida y de Unión Progreso y Democracia que, aunque lejos de obtener los resultados del PP y del PSOE, aumentan su presencia y cogen fuerza. No podemos olvidarnos de Bildu, la polémica y controvertida coalición que ha conseguido para la izquierda abertzale uno de los mejores resultados de su historia en las municipales de Euskadi. Sin irnos muy lejos, en Asturias logra la mayoría absoluta el partido del disidente popular Álvarez Cascos, Foro Asturias (FAC). Pronto el PP comenzará a sonreir para alcanzar pactos, tiempo al tiempo.

Así, mientras el Partido Socialista se lamenta y culpa de esta situación a la crisis sin pararse a reflexionar y a hacer un poco de autocrítica, en Génova, la sede del Partido Popular, se alcanzaba el éxtasis, el nirvana y el orgasmo puro ondeando banderitas azules, rojigualdas y alguna que otra franquista bajo cánticos que pasarán a la posteridad como "Yo soy del PP, del PP, del PP", "Esto es democracia y no lo de Sol" y, para refutar lo anterior, "Bildu fuera". Desde el balcón, el presidente del partido, Mariano Rajoy, la lideresa presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el reelegido alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-GarrafónGallardón no cabían en sí de gozo saludando al rebaño que los aclamaba.

Muchos ahora se preguntan qué pasará con el movimiento #15M, con la #spanishrevolution. Algunos ya la han condenado, unos rezan para que no siga adelante y otros pocos siguen eufóricos y animados, porque sí, ha servido de algo, gracias a esto ha despertado la sociedad , han surgido nuevas ideas y se ha decidido luchar. El voto nulo y en blanco ha crecido notablemente, así como la participación. De igual modo ha aumentado la presencia de IU y de UPyD, como ya se ha indicado. No se podía pensar en un éxito rotundo, pero lo importante es que el mensaje ha calado, ha llegado y a partir de ahí se puede hacer algo. La esperanza es lo último que se pierde, ¿no?