jueves, 30 de junio de 2011
Orgullo y prejuicio
Madrid se tiñe de los colores del arco iris para celebrar durante cinco días el Orgullo LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), quizás el más polémico de los últimos años tras la prohibición del Ayuntamiento de ceder la simbólica plaza de Chueca debido a que se superan los niveles de ruido permitido bajo la excusa de situarse una residencia a 150 metros, misma residencia que aseguró que a ellos no les molestaba lo más mínimo. A pesar de que se hacen excepciones en otras celebraciones como en La Paloma, finalmente se llegó a un consenso y se permitió la instalación del escenario en Chueca para celebrar conciertos silenciosos, retransmitiéndose la música a través de una emisora de radio desde los teléfonos móviles de los asistentes, que por tanto tendrán que ir con cascos. Imaginamos que lo próximo será Sanfermines sin toros o procesiones sin santos.
Más allá de todo esto, que no deja de ser anecdótico, ayer tuvo lugar el pregón de apertura, a cargo del Gran Wyoming y de Esperanza Izaguirre, vecina de Chueca. Bajo el lema "Salud e Igualdad por Derecho", para recordar el 30 aniversario del primer diagnóstico de VIH en el mundo y luchar por la investigación, la prevención y contra la discriminación, así como protestar contra el recurso que el Partido Popular ha presentado contra la ley del matrimonio homosexual aprobada hace seis años en nuestro país.
Es necesaria esta celebración, sí. Ser homosexual no es nada malo y sin embargo aún se usa el "maricón" como insulto, aún cuesta aceptarse a uno mismo. La sociedad ha de madurar, avanzar, no prejuzgar y normalizar la sexualidad. Por supuesto, seguir luchando, no podemos olvidar que la homosexualidad aún está condenada con penas de muerte en algunos países, ¿acaso este no es suficiente motivo para seguir luchando, señores?
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Solo con el título ya me has convencido.
ResponderEliminarbien dicho!
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