Las elecciones presidenciales que han tenido lugar en Nigeria, han devuelto el poder al actual presidente Goodluck Jonathan, lo que ha provocado duros enfrentamientos entre sus partidarios del sur cristiano y los defensores del otro candidato, Muhamadu Buhari, del norte musulmán. Los segundos han tomado las calles enfrentándose a la policía y quemando iglesias. En algunas ciudades del norte han decretado toque de queda y en otras incluso han asaltado las prisiones y liberado a los reclusos. Las muertes podrían contarse por decenas.
Parecía que iba a ser una jornada tranquila pues se había asegurado la limpieza de las elecciones que se celebraron el domingo. Esperemos que pronto se restablezca la calma y no tengamos que lamentar más víctimas.
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